viernes, 9 de diciembre de 2016

Cartografía Del Ruido - Cartografía Del Ruido (Autoeditado 2014)

La Corte De Los Milagros fue un grupo cantabro liderado por David DeLlera que grabó dos ep's a principios de este siglo. En 2002 incorporan a un nuevo, y nobel, guitarrista a la banda, Juan Pérez Marina, con el que afrontan una gira que les lleva a tocar por Inglaterra y Francia además de en diversos puntos de la península Ibérica. En 2004 se presentan en los estudios Rock Soul para grabar un largo con Carlos Torero a los mandos. Aunque en su momento se rumorea que Universal Music se encargará de la edición de esta grabación, al final las canciones quedaron sin plastificar.
David DeLlera comienza un nuevo proyecto bajo el nombre de Hermosos Vencidos con los que sí consigue plastificar en 2006 el disco La Ciudad De Los Semáforos En Verde a través de Flor Y Nata Records.
Por su parte Juan Pérez Marina recala en Madrid tras unos cuantos años de reaprendizaje musical después de sufrir un accidente por el que casi pierde la movilidad de un brazo. Allí conoce a Javier Corcobado, más o menos estamos en 2010, y entra a formar parte de su banda. Con él graba los discos Luna Que Se Quiebra Sobre La Tiniebla De Mi Soledad, Te Estoy Queriendo Tanto y alguna canción de las que aparecen en Los Estertores De La Democracia.
Aunque la idea de Canción De Amor De Un Día venía rondando por la cabeza de Javier desde hacía ya bastante tiempo, debió ser hacia 2012 o 2013 cuando decide ponerse manos a la obra para convertirla en algo tangible, y Juan Pérez Marina recibe la invitación para participar en ella con la composición de unos cuantos fragmentos. Invitación que lógicamente acepta y que se convierte en la chispa que acaba por provocar la creación de Cartografía Del Ruido como vehículo para dar salida a sus propias composiciones.
En 2014 ve la luz el que es por ahora su primer largo, disco del que pasamos a hablar un poco inmediatamente. Y ya que nos toca hablar de cartografía, no sé si ustedes se han fijado en que entre todos los trazos que delimitan la frontera entre el Sahara Occidental y Mauritania, solo uno es curvo, mientras que el resto parece trazado con tiralineas. Parece que fue una argucia francesa para dejar en su zona de influencia las minas de Zouerat, las mayores de hierro a cielo abierto que existen en el mundo. Desde allí, el mineral se transporta 700 kilómetros a través del desierto hasta el puerto de Nuadibú. El tren que se encarga de hacerlo alcanza los tres kilómetros de longitud, doscientos vagones arrastrados por hasta cuatro locomotoras con una potencia de 3300 CV que desplazan 22000 toneladas del mateiral en un polvoriento viaje de 24 horas. Aunque no está habilitado para el transporte de personas, son muchas las que lo utilizan para trasladarse de una ciudad a la otra sentados sobre las tolvas que transportan el material, embozados con sus pañuelos para evitar tragar el molesto polvo que sale de los vagones. Al arrancar, los ocupantes de los primeros vagones gritan para prevenir a los de los vagones posteriores que se aproxima la violenta tracción que se va transmitiendo de uno a otro hasta que todos están en movimiento. Durante el viaje, los saltos entre vagones para compartir té, galletas o frutos secos dan fe de la camaradería entre los que realizan el viaje. Viaje que después del arranque, una vez sumergidos en el desierto, se torna tan minimalista como mágico, que según cuentan transmite una extraña sensación de tranquilidad y desconocimiento, y la posibilidad de presenciar, una vez que ha anochecido, uno de los cielos más estrellados y bellos que un humano haya visto.
Nunca he subido a ese tren, solo cuento lo que he leído, y mucho menos he hecho ese viaje, pero si he escuchado este disco muchas veces, y no puedo dejar de pensar en que las emociones y sacudias que provocan ambas experiencias están intimamente emparentadas. Así que lo que hace tiempo describimos brevemente por aquí como rock instrumental que pone sobre el mapa la ecuación formada por calma, tensión, electricidad, ritmo, belleza, dolor y repetición, me parece ahora que queda mejor definido con las imagenes que llenaron mi cabeza al saber de la existencia de ese amasijo gigante de metal que atraviesa impertérrito el moldeado desierto por el capricho del viento.
Para la grabación de estas seis canciones, cinco en el vinilo y una más en la descarga digital que proporciona, Juan Pérez Marina contó con la ayuda de Jesús Alonso, Sergio Devece, Susana Cáncer y Javier Corcobado.
El disco se vio prolongado al siguiente año con la edición del single Ruido, que incluía el tema titular, una remezcla del mismo a cargo de Homophonia y una versión grabada en directo de La Vida Es Un Sueño, original del cubano Arsenio Rodríguez.
Para rematar el asunto solo nos queda decir que Juan también ocupa el puesto de guitarrista en Leone, y que en alguna ocasión ha puesto su guitarra al servicio de Forastero para sustituir al mismísimo Javier Colis. Como Cartografía Del Ruido se le ha podido ver solo sobre los escenarios, pero también recientemente acompañado por Julian Sanz al bajo y Luis Corchado a la batería, ni más ni menos que la sección rítmica de la primera formación de Mar Otra Vez.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Javier Corcobado - Los Estertores De La Democracia (No-CD Rekords 2014)

Ya hace años que comenzó a gestarse en la endiablada cabeza de Javier Corcobado el proyecto Canción De Amor De Un Día (CADUD). Según sus propias declaraciones, la primera anotación en sus diarios que hace alusión a este proyecto aparece en octubre de 2004. Ahora, mas de diez años después, todas las noticias avisan de que el fin está próximo y que más pronto que tarde este ciclopeo proyecto será presentado en sociedad en un espectáculo de 24 horas de duración que aunará música en directo, videocreación, performances y otras artes plásticas.
Según me han contado, y tal y como indica el título, la idea original era la de crear una única canción de un día de duración, dividida en cien fragmentos, que sería editada en un novedoso soporte físico que no permitiese avances rápidos, ni rebobinados ni la pausa, solo la reproducción desde el inicio de la pieza, lo que obligaría a quien quisiera escucharla en su totalidad a dedicarle las veinticuatro horas de un día sin interrupción. Vamos, una locura que apunta a la sien de estos tiempos de deglución rápida y fragmentada de todo lo que se nos pone por delante.
Pero como bien se indica en el texto de presentación del proyecto, la música genera imágenes, lo que se tradujo en la decisión de que cada uno de los fragmentos fuera acompañado por una pieza visual de la misma duración. Esta idea aportó una nueva dimensión al proyecto, en el que al final han convergido una larga lista de múscos consagrados y más nóveles, junto con realizadores cinematográficos, videocreadores y artístas plásticos. Me imagino que también habrá complicado la creación del novedoso formato físco que la albergue, al que han denominado La Huella Del Vacio, y al que se refieren como un objeto de cuerpo orgánico y alma artificial.
La lista de artistas que se han encargado de los cien fragmentos que conforman esta canción (ayer se anunciaba que la parte sonora del asunto está finalizada después de un largo proceso de masterización a cuatro manos entre Gonzalo Lasheras y Javier Corcobado) alcanza los 60 nombres en la web del proyecto, aunque las últimas noticias hablan de 63 propuestas musicales implicadas. Nombres que van desde los conocidísimos Bunbury, Amaral o Vetusta Morla a otros que nunca antes había escuchado como V De Amor, Sixto Venganza o Eureka Hot 4, pasando por muchos favoritos del que esto escribe.
En 2014 se presentó oficialmente este proyecto por partida doble, por un lado algunos afortunados pudieron ver el espectáculo Pequeño Preludio (Inmortal), de dos horas de duración, que juntó sobre el escenario a Javier Almendral, Gonzalo Lasheras, Jesús Alonso, Agnés Mateus, Aintzane Aranguena Oar-Arteta y Javier Corcobado, bajo la dirección de Juan Navarro. Por el otro, se editó el disco que hoy nos traemos entre manos, Los Estertores De La Democracia, que de manera ilustrativa lleva por subtítulo LP Avance De CADUD.
Lógicamente este proyecto desborda el formato LP, y quienes lo sufren son las canciones, tres de ellas aparecen recortadas para acomodarse a los surcos del vinilo. Así que podemos tomarnos el disco como una visión panorámica de lo que está por venir. Los dos minutos que aparecen de Ruido Despacio, de los 20 que la conforman, nos asoman a un espeluznante experimento de ruido inmisericorde y sibilante, que tiene el honor de ser la pieza más antigua que se ha editado de todas las creadas por Corcobado. Datada en 1980, e interpretada junto a su hermano Gustavo, esta vuelve a señalarlo, otra vez, como pionero de tantas cosas en este país.
Entre 2012 y 2013 se grabaron las otras cuatro canciones de este disco, en Les Falta Amor madura la idea que ya rondaba por Susurro, la canción que abría Editor De Sueños, la de una sociedad enferma y mala que ha dado la espalda al amor. El Mar Es Mi Corazón y Sombrero De Barcos, que es una delicia, retratan su obsesión por el mar, que empezaba a hacerse patente en Arco Iris De Lágrimas, mientras sigue cantando al amor. Los Estertores De La Democracia ocupa toda la cara B del disco, su versión integra de 30 minutos se puede escuchar en la descarga digital que lo acompaña, es toda una experiencia de la que solo diré que ese estribillo que grita "libre, libre, libre..." me suena hoy tan revolucionario y definitorio como aquel "destruye, destruye..." con el que nos increpaba Jorge Martínez cuando éramos jóvenes.
El conjunto, como buena presentación, deja con ganas de muchísimo mas... y ya queda menos.
Participaron en la grabación de estas canciones Javier Almendral, Gonzalo Lasheras, Fino Oyonarte, Larry Martín, Josu Urquidi, Juan Pérez Marina, Jesús Alonso, Susana Cáncer, Javie Díez Ena, Nerea Castañeda, Sergio Llanos, Gotzon Garay, Arkaitz Garay, Justo Bagüeste y los niños Nora Uriarte Aranguena y Hugo Lasheras.
Nota para los curiosos e impacientes: Se puede escuchar algún fragmento mas de CADUD en El Futuro Que Imaginábamos En La Niñez de Les Rauchen Verboten y en el debut homónimo de Cartografía Del Ruido.



jueves, 1 de diciembre de 2016

La Femme Fakir - La Femme Fakir (Luscinia Discos 2015)

Lo decía Javier Colis recientemente: "Hay épocas muy creativas en las que sin embargo nadie se interesa por lo que estás haciendo, lo que no quiere decir que estés de brazos cruzados”. Frase que describe perfectamente lo que me pasó a mi con este señor después de la edición de Otra Nube, tercer y último disco bajo el nombre de Javier Colis Y Las Malas Lenguas. Ocurrió en 2009 y desde entonces le perdí la pista, y durante mucho tiempo pensé que había entrado en un hiato discográfico similar al que separó su último disco con Mil Dolores Pequeños del primero junto a Las Malas Lenguas. Pero no fue así. Me di cuenta hace un par de años, que me dio por indagar concienzudamente en lo que andaba metido.
Resulta que mi investiagación me llevó hasta Los Cuantos y Forastero, proyectos, ambos, que surgieron en 2011 de las relaciones establecidas entre los miembros de bandas como La Familia Atávica, Ginferno Y Los Saxos Del Averno, Dead Capo, y como no, Las Malas Lenguas.
Junto con Julen Palacios (Las Malas Lenguas, La Familia Atávica), Adrián Ceballos (La Familia Atávica y batería en el segundo disco de Las Malas Lenguas), Gloria March (que se estrenaba en esto de la música) y Kim Warsen (Ginferno) forma Los Cuantos, mientras que en Forastero cruzaron sus caminos, además de Javier Colis, Javier Diez-Ena (Dead Capo, Ginferno y también en el tercer disco de Las Malas Lenguas), Javier Gallego (Dead Capo, conocido por ser el director del programa radiofónico Carne Cruda, aunque a mi entender habría que recordarle eternamente por ser miembro de Insecto, con los que parió ese infinito disco que es Love Fiasco), Dani Niño (Ginferno Y Los Saxos Del Averno), y Abraham Boba.
En el periodo que va hasta 2013 Forastero dejaron grabado un tema en directo en el programa Carne Cruda, cuando aún se emitía en RNE, y Los Cuantos editaron dos discos de difícil localización en formato fisico, ¿alguien puede ayudarme?, y pasaron a mejor vida.
Y si esto no les parece suficiente actividad, el bienio 2015-2016 nos acaba de dejar El Submarinista En El Tejado, el nuevo disco de Forastero, en los que la baja de Abraham Boba ha dejado paso a la incorporación de Juan Carlos Ontoria (Los Saxos Del Averno) y Sergio Salvi (procedente de Italia) a la banda, además de Nada En El Espejo, disco en solitario de Javier Colis, y el estreno de La Femme Fakir, grupo en el que nos vamos a detener hoy un ratito.
En La Femme Fakir militan todos aquellos que antes lo hicieron en Los Cuantos, a excepción de Kim Warsen, aunque el proyecto nunca nació con la intención de ser una continuación de los mismos, sino más bien una mutación, según han declarado los miembros del propio grupo.
Toman el nombre de Koringa, mujer fakir de principios del siglo XX, la única femme fakir del mundo, como se la presentaba allá por 1937 en los circos de Francia. Huérfana desde los tres años, fue criada por una familia de faquires, de los que aprendió el arte de la hipnosis, lo que le permitía ser enterrada entre nidos de serpientes o caminar sobre las cabezas de peligrosos cocodrilos. Eso dice la leyenda.
Puede que el ambiente parisino de principios del siglo pasado en el que Koringa ofrecía sus actuaciones haya inspirado las cuatro breves piezas instrumentales tituladas Seamos Realistas, retazos de jazz manouche que parecen escapados de las cuerdas del mismísimo primo segundo de Django Reinhardt y su banda. Los nueve temas restantes forman un tapiz de rock enrabietado que se dispara en mil direcciones, y que contiene claras referencias en sus letras a esa gran estafa urdida desde los más altos poderes que luego nos han hecho tragar bautizándola de manera eufemística como crisis. El disco tampoco está exento de cierto humor, ahí tenemos (Sunrise) Amanece En Seseña o títulos como Estreno Marquesina, y está impregnado de un carácter explorador que de algún modo lo emparenta en intenciones con Los Iniciados. Puede que se me haya metido esta comparación en la cabeza por el tema Ruinas, que con ese mantra de "dos reyes, dos papas y una botella" y ese vaivén sónico podría encajar en el repertorio del grupo secreto de Servando Carballar.
Sea como fuere, esta Femme Fakir tiene tablas suficientes, al igual que las tenía Koringa, para, sin dejar de ser ellos, sorprender con sugestivos quiebros al mas pintado en cada una de los números que se van sucediendo en este magnífico disco de estreno.



martes, 11 de octubre de 2016

Conde - Reverbville (Clifford Records 2015)

Cuando se anunció la creación del espectáculo Spanish Crooners, en el que compartían voz protagonista Javier Corcobado y Conde, la primera pregunta que me vino a la cabeza fue: ¿quién es Conde?. Casi a la par se anunciaba también la salida de Reverbville, su primer disco en solitario, editado por Clifford Records. Sospechando que este señor no era fruto de la generación espontánea, se imponía rastrear su pasado.
No me costó encontrar alguna web en la que se mencionaba su anterior proyecto, el grupo Santos De Goma. Ah, ¡a estos sí! Hace unos años me había hecho con Transparente, canciones de bonito pop con una voz que sentía cercana a la de Mikel Erentxun, pero con el poder evocador de la de El Zurdo. El Río y El Hombre Sin Nada Más fueron las que más tilín me hicieron de entre las seis que envolvía el bonito y artesanal artwork con el que las presentó la todavía incipiente discográfica Discosdelrollo.
Me di por satisfecho, pensando que también Conde sería un jovenzuelo con poco más de un lustro de andadura en las lides musicales, el primer disco del grupo databa de 2010, aunque esta suposición chocara frontalmente con mi concepto de crooner.
Transcurrieron meses y muchas escuchas a este Reverbville antes de que las miguitas de pan dejadas por la casualidad me llevasen a otro nombre, el de Camara. El single que editaron anda en casa, me dije. Lo había comprado hace años sin saber nada del grupo, impulsado por mi afán completista y porque quizás era la edición más asequible al bolsillo, en estos tiempos modernos, de todas las referencias iniciales de Tres Cipreses.
Efectivamente, en la contraportada del single aparece Conde como vocalista y autor de las letras de las canciones. Era 1982, Eduardo Benavente y el propio grupo se encargaron de la producción de estas dos canciones de estética dark y resultados convincentes. Al parecer Camara se creó en 1980 alrededor de Ricardo Teixidó, que se encargaba de la voz, batería y composición de los temas. Cuando este dejó el grupo para ingresar en Danza Invisible llegó el turno de un joven Conde que asumió el liderazgo de la banda.
Bueno, al final resultó que Conde podía llevar cerca de 35 años al pie del cañón... y a mí solo me faltaba completar el cuarto de siglo que fue desde el final de Camara hasta el principio de Santos De Goma.
Agradable tarea la de perseguir sus devaneos, en la que fueron apareciendo nombres como Harry Octopus y Basmatic, que no conocía de nada y otros como Mosquitos y Serie B, en los que por fin encontré la respuesta a otra pregunta que me había hecho hace mucho tiempo y de la que ya andaba olvidado. La cuestión era: ¿Por qué en aquel disco de Serie B, que encontré en un cajón de saldo y que compré porque lo había editado Cambayá y yo quería investigar lo del blues hecho en España, estaba la canción El Mago De Las Finanzas, que había sonado con frecuencia en la radio allá por los noventa interpretada por un grupo llamado Mosquitos al que nunca hice mucho caso?
Y este señor, alma mater de ambas bandas, era la respuesta. A todo esto la otra sorpresa fue que Serie B no hacía blues, sino un rock que se podría emparentar con el que unos años después pusiera en practica El Frente y que llevó a su líder, Gabriel Sopeña, a ser uno de los compositores más solicitados por quienes querían aunar calidad y accesibilidad en sus canciones, por ejemplo Loquillo.
Pues después de todo este camino por carreteras secundarias, el destino ha llevado a nuestro hombre hasta la ciudad de Reverbville, una Comala de nuestros días, donde los límites entre vida y muerte se difuminan en sus calles, donde en el aire se mezclan detalles cotidianos, amores imposibles y rumores de ajustes de cuentas. Llega tranquilo, seguro de sus pasos y no le cuesta encuentrar acomodo para sus huesos. Ya había estado aquí, sabe donde ocurrieron las cosas y haciendo gala de sus buenas dotes de observador y de su gusto por el detalle, desgrana la vida secreta del lugar, a la vez que reflexiona sobre las huellas que la vida ha esculpido en su interior. Canta sereno, guitarra en ristre y con cierta parsimonia, situándose a voluntad en uno u otro lado de esa frontera final que es el último día de la existencia de cada uno. Y desde tan desdibujado lugar nos entrega este emocionante disco de pop fuera del tiempo y el espacio que parece concebido desde las brumas del realismo mágico.
Para musicar esta última parada, por ahora, de su largo viaje Conde ha contado con la ayuda de las ánimas de quienes se llamaron Israel Calvo, Claudio Tomer, Francis Barba, Frank Mora y Meike Schönbütte.



lunes, 10 de octubre de 2016

Amor Sucio - Antología (Hall Of Fame Records 2014)

Hoy he venido aquí a hablar de Amor Sucio, grupo que inició su andadura como cuarteto formado por Antonio Tarín, Luis González, Fernando Carrión y Pepe Muriel en 1987. La formación permaneció invariable durante toda la existencia de la banda con Pepe entrando y saliendo de ella, y apareciendo como colaborador en sus discos. Todos tenían un pasado, Antonio estuvo en la génesis de La Banda Sin Futuro junto a Poch y después recaló en Extrema Cordialidad Homicida, donde coincidió con Pepe. Por el otro lado Luis estuvo en la última formación de Mar Otra Vez, la que grabó Algún Paté Venenoso, y Fernando venía de Noviembre Rojo, grupo en el que coincidiría con gente de Interterror y por el que también pasó fugazmente Víctor Royo Enguix antes de incorporarase a Mar Otra Vez junto con Luis.
Como la biografía completa del grupo pulula por la red, aunque me temo que con algún flagrante error, solo añadiremos a modo de curiosidad que en sus primeros meses de vida, se hicieron llamar La Hostia, nombre que luego cambiaron por el de El Sueño Del Sapo, apelativo con el que llegaron a tocar una vez en vivo, hasta llegar al definitivo Amor Sucio, extraido de una lista de posibles nombres confecicionada por Javier Corcobado.
La banda dejó de tocar en 1993, y como ven, pasaron mas de veinte años hasta que Hall Of Fame Records se decidió a recoger toda su andadura en esta Antología de seis cd's. Un alivio para mi, que me ha evitado tener que decantarme por uno de sus tres discos oficiales como excusa para traerlos a este blog.
Al principio lo intenté, nunca me había parado a pensar cuál era su mejor disco o el que más me gustaba, pero tras un par de escuchas consecutivas, enseguida comprendí que me iba a resultar imposible. Ya decían ellos mismos en los créditos de La Farsa (Triquinoise 1991) algo así como que "las canciones de este segundo disco y del anterior, El Tiovivo De La Locura (Triquinoise 1990), se compusieron en el mismo periodo de tiempo y no fueron grabadas cronológicamente por lo que consideramos ambos albumes como una obra conjunta". Efectivamente sus dos primeras grabaciones forman un tandem sin fisuras y en perfecto desequilibrio.
A estos dos discos siguió Total... 3, un disco extraño en su concepto, que incluía cuatro temas instrumentales compuestos, tocados y grabados por separado por los integrantes del grupo, mas una retahila de versiones en las que los tres juntos se fajaban con repertorio de Frank Zappa, Tom Waits, James Brown, Prince, Chic, Alice Cooper e Iron Butterfly, además de hacer Whatever Lola Wants, tema que cantaba la asistente del diablo en el musical Damn Yankees, estrenado en 1955. Ninguna concesión a los gustos modernos de la camada indie del momento.
Como decía, absolutamente inviable decantarse por uno de estos tres discos, llenos de rock sobradísimo de personalidad y difícil de etiquetar, no piensen ustedes en devaneos experimentales, sino en aquel que toma sin prejuicios los elementos necesarios para garantizar la pegada inmediata, que hacen sombra a la discografía de otros grupos que tuvieron mas suerte a la hora del reparto de los laureles de aquella época, como pudieron ser Los Enemigos.
La solución salomónica fue la de hacerme con esta caja, editada en edición limitada de cien copias, y de paso tener acceso a los otros tres cd's que complementan a los tres que traen la discografía oficial, incluido el tema Dumbo que solo apareció en single. Es cierto que puestos a ser quisquillosos, y por poner alguna pega, ha quedado fuera la versión en directo de El Callejón Del Olvido que apareció en el Rocke'n'Babia y que los temas de Total... 3 vienen en distinto orden que en el vinilo original.
Males menores si tenemos en cuanta que todo el material ha sido recuperado con mimo por Antonio y Luis, y que los extras son sustanciosos. En este apartado tenemos un Directo grabado en un pueblo de Huesca en 1992, durante The Misery Tour, gira de presentación de su tercer disco. al que según los créditos no acudió ningún espectador. Y también un cd de Rarezas en el que se rescata una demo de 1988 en la que aparece alguna canción que nunca llegó a los discos oficiales, una grabación en Radio 3 y alguna otra curiosidad en forma de versión instrumental de temas conocidos. Por cierto, estos dos cd's no están disponibles en la edición digital de esta Antología.
Pero la guinda, explosiva y venenosa, la pone un sexto cd a nombre de Antonio Tarín, grabado entre 1993 y 2000, con algunas canciones que ya manejaba el grupo en su etapa final, y que no solo nos permiten intuir como habría sido un cuarto album del grupo sino que también nos hacen babear pensando qué habrá creado Antonio en estos últimos dieciseis años que lleva de casi total silencio. ¡Que nos lo cuente ya!







lunes, 3 de octubre de 2016

Corcobado Y Manta Ray - Diminuto Cielo (Astro Discos 1997)

En 1996 se celebró el primer siglo de historia del cine español, aunque ese mismo año se constataba que la grabación de Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza, la que parece ser la primera película rodada por un español, Eduardo Jimeno es su nombre, realmente databa de 1897. Aun así la celebración siguió su curso y la efeméride tuvo su reflejo en la 34 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón. Desde este se impulsó la edición a través de Astro Discos de Canciones Del Cine Español (1896-1996).
Desde el año anterior, según cuentan las crónicas, con la llegada a la dirección del certamen de José Luis Cienfuegos, el festival había virado su rumbo y apostado de manera decidida por el cine independiente, y entre todas sus actividades complementarias estuvo la edición del disco Gijón Goes To The Movies - The Dirty Dozen, en el que bandas del principado de carácter afín al nuevo espíritu del festival versionaban temas de películas con marchamo de clásicos. El concierto celebrado en el Teatro Jovellanos por los participantes en el disco parece que fue memorable y en palabras del propio director se convirtió en la clausura no oficial del certamen.
Así, al año siguiente, siendo la fecha tan redonda para la cinematografía nacional, el Festival volvió a amparar un disco que, en esta ocasión, contenía trece versiones de temas que aparecieron en películas de nuestra industria. Se redobló la apuesta invitando a participar a algunas de las primeras espadas del underground del momento junto a los grupos asturianos. Así Alaska se unía a Kactus Jack para hacer Perlas Ensangrentadas, Alejandro Díez, de Los Flechazos, se sacaba de la manga para la ocasión a Fanny Y Los Dandys, los Eliminator Jr. contaban con su amigo Guiller Momonje para su versión de Love, Love, Love, y Javier Corcobado junto con Manta Ray se atrevían con el tema principal de la película El Crack. Esta última versión fue de las más aclamadas del disco y puede que esto fuese un impulso más para que llegase a materializarse el disco que queremos compartir hoy, Diminuto Cielo.
Manta Ray, con su debut de 1995, había establecido su propio territorio sonoro y se mostraba como una singularidad tan valiosa y excitante como lo fueron en su día Young Marble Giants. Corcobado, por su parte, completaba ese mismo año su suculenta trilogía con Los Chatarreros De Sangre Y Cielo, aunque en aquel momento nada indicaba que no iba a tener continuidad.
Dos años después, cundo unieron sus fuerzas, Manta Ray ya habían incorporado a Frank Rudow, y a ese fantasmal instrumento que es el theremin, a sus filas y su sonido estaba más cerca de abrir nuevas puertas que del de su debut. Javier, por su parte, acudía a la cita con un cuaderno de textos saturados de muerte y también de su reverso tenebroso, eso que llamamos vida, y así se erigió en este negro disco cual Jano situado en el umbral del Érebo, proyectando sus opuestas miradas, una sobre personajes al límite, cercanos a su fin o que los buscan desesperadamente, mientras que la otra indaga quirúrgicamente en el principio del sueño perpetuo.
De la música se encarga Corcobado en cinco temas mientras que Manta Ray asume la de otros cuatro, firmando solo conjuntamente la de Radio, canción que abre el disco. Cierra los once temas que aquí encontramos la versión de Getsemaní, merecedora casi de un capítulo aparte, con uno de los tour de force vocales mas impresionantes que servidor a escuchado. Antes hemos padecido con los ritmos tísicos de Jugador, sufrido con los rigores sónicos del blues industrial en A Traición, sentido la extrema sensibilidad de nuestra dermis causada por la etérea y susurrada Gitanita, y también la presión en la sien de las palabras que se disparan en Puta, por describir solo algunos de los síntomas que provoca la escucha de Diminuto Cielo.
La portada negra revoloteada por mariposas de vivos colores a modo de representación de nuestra efímera existencia sintoniza a la perfección con el contenido de este álbum doliente, valiente, sincero y nada complaciente con los que lo esperábamos como agua de mayo desde que se anunció que se grabaría.
Cuando lo hicieron Manta Ray eran Nacho Vegas, Nacho Álvarez, José Luis García, Javier Vegas y Frank Rudow. Corcobado es, y será, Javier Corcobado.



jueves, 22 de septiembre de 2016

Fotos(III). Cartón, sellos de caucho y algo más. Los Cd's de Moonpalace Records.

Como habíamos anunciado, nuestra tercera sesión de fotos la dedicamos a Moonpalace Records. Este pequeño sello afincado en Donosti comenzó su actividad como continuación natural de la del webzine del mismo nombre e inicialmente editó varias referencias en cd envueltos de manera más o menos convencional.
Pero aún no había llegado a la decima referencia cuando decidieron tomarse el asunto de la edición de otra manera. Apostaron, y siguen apostando, por el actualmente denostado cd-r y por la elaboración manual de los artworks a base de cajas de cartón, sellos de caucho y otros detalles que hacen de cada nueva referencia un pequeño tesoro. La caja XL del primer disco de Manett, las tapas en corcho con bisagra del Euria Ari Du de Joseba Irazoki o la muñeca matrioska que oculta en su interior el primer largo de Saioa son algunos ejemplos de la desbordante imaginación y buen hacer que emana de la mente y las manos de Juanra.
A continuación las fotos de las ediciones del sello que tenemos en casa, en la web del sello pueden encontrar ustedes fotos mas bonitas de todas sus referencias.

A Moonpalace Records Compilation (Moonpalace Records 2003) Referencia: mr001



Elurretan - Mara-Mara (Moonpalace Records 2005) Referencia: mr007



Saioa - Matrioska Heart (Moonpalace Records 2008) Referencia: mr014



Ursula - Cuando No Hay Nada Que Decir (Moonpalace Records 2008) Referencia: mr016



Joseba Irazoki - Euria Ari Du (Moonpalace Records 2009) Referencia: mr018



Segunda Vedette - Segunda Vedette (Moonpalace Records 2010) Referencia: mr020



Manett - Suburbia (Moonpalace Records 2011) Referencia: mr022



Saioa - Natura (Moonpalace Records 2013) Referencia: mr025



Manett - Caravan (Moonpalace Records 2014) Referencia: mr030



León De Pelea - Veranos Eternos (Moonpalace Records 2015) Referencia: mr034



Nubero - Nubero (Moonpalace Records 2016) Referencia mr035



Próximamente Fotos (IV). Los AQ cero algo. Cuando Acuarela inventó el post indie.

jueves, 23 de junio de 2016

Leone - Tus Huesos (Monasterio De Cultura / Delia Records / Leone Records 2016)

En este país hay una larga estirpe de bandas que han asumido como propio el lenguaje del rocanrol para después devolvérnoslo bien impregnado de sus propias singularidades. La mayoría de estas bandas han caído en el olvido y, por supuesto, durante su existencia muy rara vez recibieron la atención que merecían. Dejaron discos enormes que no salen en ninguna lista porque nunca formaron parte de nada, sino que cabalgaron por su cuenta sin buscar refugio en la comodidad de las modas. Estoy pensando en discos como el Tangos de Malevaje, que sí, que son tangos, pero hay mucho rocanrol en esos surcos, y no digamos en la foto de la contraportada, también en el imprescindible La Rueda De La Fortuna de La Búsqueda, en el Casa Doce de BB Sin Sed, en el único disco que editaron Los Cuervos, en La Última Traición de Más Birras, en el Buen Provecho de Domingo Y Los Cítricos, en el Pobres Sueños de Proscritos, y si me apuran, también en La Cruz Del Sur de Supersónicos, que es muy rocanrol, a su manera.
Leone, con tan solo seis canciones publicadas, cuatro en un 10" autoeditado el año pasado, y dos en el single que hoy tenemos encima de la mesa, son el siguiente eslabón que doy por bueno para añadir a esta cadena, desgraciadamente llena de infortunios, a la que hacía mucho tiempo que no encontraba nada con el suficiente fundamento para seguir engarzando. Y con esto, ya debería estar todo dicho.
Aunque claro, puede ocurrir que ustedes no hayan escuchado ninguno de los discos mencionados más arriba, incluso puede ser que ni les suenen, y entonces a estas alturas del texto estarán como al principio, sin saber muy bien a qué atenerse. Pero esta incertidumbre no es lo más grave, el problema serio es lo que se están perdiendo.
Leone se forma en Madrid, cuando Jesús Canet decide montar una banda con músicos de la ciudad. Anteriormente operaba desde Almería con Motel 3, pero su traslado a la capital, y unas canciones que había hecho y que no encontraban su hueco en el repertorio de la banda, lo llevaron a asociarse con Juan Pérez Marina, Jesús Rodríguez y David Talbaila para darles salida en un nuevo proyecto de cinematográfico apelativo. Con esta formación grabaron sus seis canciones, aunque a la hora de ver la luz este single ya estaban incorporados a la banda el percusionista Rubén Lizana y Jesús Alonso, que sustituye a David a la batería.
En este disco Leone facturan dos preciosas canciones con aromas de lamento y trifulca, sobrevoladas por el amor. La voz de Jesús Canet y las letras destilan cierta chulería, entre la arrogancia y la sabiduría popular, situando los dos temas aquí presentes muy arriba en mi lista de canciones que hay que cantar con la camisa a medio desabrochar y las botas puestas. Rocanrol fronterizo, desértico pero también surfero, con guitarras elegantes a la vez que devastadoras, que en algún momento me recuerdan a la cinta de Los Relámpagos, Dos Cruces creo que se llamaba mi tema favorito, que me ponía mi padre.
Ahora que ya las palabras han intentado decir algo, lo demás queda en sus manos. Si realmente quieren saber de qué estamos hablando, pueden empezar por la canción que les dejo a continuación y si es de su agrado, sigan los eslabones, no se arrepentirán.

lunes, 20 de junio de 2016

Pablo Cobollo - La Nostalgia Mata Más Que Las Pistolas (Zumbido Producciones / Grabaciones Residuales 2014)

Después de La Alcantarilla Del Paraíso, editado en 1996, Soul Bisontes entraron en un largo periodo vacacional del que muchos creíamos que ya no volverían. Por tanto fue una sorpresa que en 2004 viese la luz Magia Cotidiana, single de cuatro canciones con el que Pablo Cobollo, junto a las incorporaciones de Iván Rodríguez, Micky Jiménez y Nacho Álvaro, volvía a echar a caminar a la banda. Un año más tarde Pablo anunciaba que el grupo estaba más vivo que nunca, tenía nueva alineación y cinco canciones grabadas preparadas para ver la luz. Así que no estoy seguro cuál fue la idea con que se editaron en 2006 los dos recopilatorios que glosaban exhaustivamente los años de vida del grupo. Si tenían la intención de cerrar definitivamente su primera etapa, para tomar impulso en una segunda, o si ya se hicieron sabiendo que era el adiós definitivo del grupo.
Sea como fuere, tanto el cd 1991-1994, que incluía sus primeras grabaciones, el single Corazón Veloz, el lp Vértigo Peninsular, ya por entonces totalmente descatalogados, y otras canciones de las mismas sesiones, como el doble cd Los Moscardones & En Órbita 1988-2005, que rescataba muchísimas maquetas de toda la trayectoria musical de Pablo, incluso previas a los Soul Bisontes, son un hervidero de canciones para quitarse el sombrero, y la tapa del cráneo.
Acabada la andadura de Soul Bisontes, en la cabeza de Pablo seguía bullendo canciones y en 2009 se estrenó a su nombre con Rumbo A Peor, un doble disco con 32 canciones en las que todavía se podían encontrar ecos de su anterior grupo, pero que abrían el abanico estilístico en infinitas direcciones, y entre las que se encuentran Toulouse-Lautrec y La Clepsidra, dos de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Grabadas entre 2006 y 2008 con la ayuda de un buen montón de amigos, en él aparecen la guitarra de Javier Colis, los coros de Ana Béjar, el bajo de Nacho Laguna, el violín de David Gª Bonacho, el saxo y el moog de Justo Bagüeste, las baterías de Adrián Ceballos y Tintín G. Albuerne y un largo etcétera. Hace muy poco se acaba de volver a poner en circulación remasterizado, con algún cambio en las mezclas y en algunos arreglos, en una edición que solo se puede conseguir a través de la web Mentes De Ácido.
Otros cinco años hubo que esperar hasta que en 2014 apareciese La Nostalgia Mata Más Que Las Pistolas, su último disco hasta el momento, que llegó a las tiendas a la vez que su poemario Vértigo Peninsular (Vacaciones En Polonia / COTALI), obra que anteriormente había sido precedida por los volúmenes Canciones Para Náufragos Urbanos y Explosiones.
Bueno, pues este disco, como su título indica, nos trae a Pablo tiroteado por la nostalgia, disparos que él convierte en doce canciones tirando a serenas, casi siempre en primera persona, con los textos más inteligibles que nos ha ofrecido nunca. Poco espacio hay en ellas para el humor psicodelicamente distorsionado que inundaba antaño sus composiciones, aunque siempre aparece algún verso con el que nos recuerda que, aun sin proponérselo, su visión del mundo no se dirige hacía los mismos puntos de fuga que rigen el entendimiento cartesiano que de este mundo tiene la inmensa mayoría.
Amores pasados, preciosa Nazaret, recuerdos de infancia, Me Muero De Risa, de tiempos duros, En Las Trincheras, y también de tiempos mejores, Seis Minutos, envueltos en orfebrería musical que lo mismo trae aromas de la canción italiana que aires de la cordillera andina, como en Bufón, sin dejar nunca de ser pop melancólico en las manos de un creador mayúsculo, que esta vez ha decidido hacernos más accesible y directo el camino hacia su mundo personal, aunque en esta ocasión el pago del peaje pueda desarmar. Quien se decida a recorrerlo no podrá evitar sentir como se van arrugando sus entrañas, afectado por ese inexplicable, y poco frecuente, síndrome de deshidratación por llanto interior.
En la grabación de este disco Pablo estuvo acompañado por Tintín G. Albuerne, Miguel Rey, Rodrigo Cortillas y Luis Lasso.



lunes, 13 de junio de 2016

Vírgenes Adolescentes - Soy Un Enfermo Y Nunca Dejaré De Serlo ... (Triquinoise Producciones 1994)

Este disco suena como Princesa Iballa en 1984. Princesa Iballa es una urbanización de unos 40 bloques de cuatro pisos sin ascensor y dieciséis familias por bloque, encerrada entre la Carretera General Santa Cruz - La Laguna y los cuarteles de la Avenida de Ingenieros. Todavía se puede ver la placa con el yugo, las flechas y no se qué leyenda del instituto nacional de la vivienda haciendo mención a su condición de viviendas de protección oficial en la puerta de alguno de ellos. Debe ser una de las zonas con mayor densidad de población de Tenerife. Trescientas y pico mil pesetas, "fueron las últimas que se vendieron baratas antes de la crisis del petróleo" (la de 1973), "era un pisito muy agradable", es lo que suele añadir mi padre cada vez que alguien hace mención a nuestra antigua casa.
Obras y coches abandonados sobre bloques de construcción como dormitorios improvisados, y muchos bares, el de Horacio, el del herreño, el que tenía el futbolín en la acera, la hamburguesería Ilusión, el bar Manila, con cortina, luz roja en la puerta y un horario diferente, el Bar Nuestro, el de Ingenieros y unos cuantos más, en 200 metros de calle.
Abajo, en el cruce, el bingo Aspronte, grandes neveras para aquellas señoras que habían aprendido ya la lección, primero hacer la compra y después jugarse lo que quedaba. Rondaban siempre por allí hombres con sus babas y sus ojos que decían intercambio dinero por un alivio rápido, dispuestos a enseñarla y a dar una segunda oportunidad a quien había equivocado el orden y no había tenido suerte con los cartones.
Un señor gigante con los dientes destrozados, bigote mejicano y una enfermedad degenerativa que le impedía hablar y moverse con normalidad atendía a veces en el estudio fotográfico. Asustaba, aunque lo conicieses, y cuando le pagabas te decía "¿a qué esperas?" y yo decía "la vuelta". Entonces alargaba su mano de gigante con extraños bultos en todas sus articulaciones, me apretaba el cráneo y me hacía girar 180 grados y se reía. Era bueno jugando al ajedrez. Otro señor, cuyo aspecto duplicaba a su edad, ojos hinchados y piel del color del vino, golpes en el mostrador pidiendo otro vaso, siempre enfadado, alcoholizado, lo creíamos inmortal. Como también lo era aquel al que llamábamos El Pegamento, siempre con su bolsita, para un lado y para otro, con muchos pantalones y camisetas puestos uno encima del otro.
Descampados, jeringas, pero también restos de revista porno que escondíamos para reutilizar. Don Hiliberto con sus prismáticos, asomado a su ventana, siempre oteando las de la pensión que alquilaba habitaciones por horas al otro lado de la carretera general. Mi vecina, nada agraciada, anunciando, reemplazo tras reemplazo, que se casaría con el "machaca" que paseaba de la mano en cuanto él acabase la mili y volviese de la península, de ver a sus padres. Ninguno volvió. Las baldosas rotas enfrente de Don Paco, justo donde cayó aquel señor del bloque 6 que no aguantaba más. Y el que decidió ahorcarse en los árboles de detrás del mercadillo.
Mi padre era militar, un día escuché como le decía a mi padrino, que venía de Madrid un par de veces al año, "cada vez que sé que voy a llegar tarde a casa cargo con la pistola por si acaso". Niños sin camisa desplegando la violencia que traían bien aprendida desde casa, el Guelillo bajando las escaleras que daban a la calle de abajo con su Montesa 360 para escapar de los monos. Los tres pibes que siempre pasaban charlando animosamente, dos caminando y el otro metido en una vieja carretilla que hacía de silla de ruedas, las mantas que lo cubrían hacían que solo fuese visible su mitad superior de cuerpo, siempre me preguntaba por dónde estaría seccionado aquel tipo. También aquella madre que gritaba a su hijo "¡escóndete!, ¡que tu padre te está buscando!", ya sabía lo duro que podía ser su marido.
Y entre todos aquellos estábamos nosotros, los de la placita, pasando miedo e intentando dar miedo, pero siempre en la calle, justo en aquel momento en que, recién pasada la decena de años, cambiábamos las guerras de piedras y de tártagos por fumar colillas y escupir en el suelo, las pelotas por los cojones. La Heavy Metal, Eddie en el pecho de nuestras camisetas, y también la Dojo para aprender a pelear. Patadas en el esternón, Nunchakos hechos con palos de fregona, muy larga la cadena chaval, repetía el Pichirolo. Tomándonos la justicia por nuestra mano, enfadados, contra todos, palitos en las cerraduras y mierda de perro extendida en las persianas de las tiendas que no nos dejaban sentarnos por fuera, bolsas de basura volando y entrando por las ventanas abiertas de los primeros pisos, meadas desde el puente de la autopista. Nuestros primeros pasitos...
Así, enferma e inolvidable, desesperada e imperfecta, impactante, tensa y cruda sonaba la Princesa Iballa de entonces, que ya solo existe mitificada en nuestros recuerdos. Ahora la basura se coloca en contenedores y no forma la inmensa montaña que se divisaba nada mas entrar en la calle. Pocos discos suenan en mi cabeza como este que cocinaron, sobre papel de plata, Javier Mª Almendral, Germán Sánchez y Paco "Serrucho" Cárdenas con la ayuda de Juan Bullón "Johnny" en algunos coros y de Carlos Desastre en la composición de un par de temas.




domingo, 5 de junio de 2016

Javier Corcobado - Luna Que Se Quiebra Sobre La Tiniebla De Mi Soledad ([PIAS] Spain 2011)

Un buen día mi madre dejó de cantar. Cuando estaba contenta, mientras se ocupaba de las tareas del hogar, entonaba canciones de amores perdidos que decían cosas como "él se fue un barco, con nombre extranjero, / en el mismo barco que lo trajo a mí / pero entre mis labios, se dejó olvidado, / un beso de plata, que yo le pedí...", o "te he buscado por donde quiera que vaya, / y no te puedo hallar, / para qué quiero tus besos / si tus labios no me quieren ya besar..." También estaba una que decía así "... y pensar que te adoraba tiernamente / que a tu lado como nunca me sentí / y por esas cosas raras de la vida / sin el beso de tu boca yo me vi...", y no faltaba la de "luces que se quiebran / sobre las tinieblas / de mi corazón, / ¿a dónde vas?..."
Me hacía muy feliz escucharla, y yo, que era bastante atolondrado por aquella época, fantaseaba con la romántica idea de que mi madre de joven había sido una famosa cantante que decidió cambiar su vida para casarse con mi padre. Fue de grande cuando me di cuenta de que ya no cantaba, ya solo la oía hablar sola, algo que también hago yo bastante a menudo. Pero las canciones siguen ahí, ligeramente deformadas en mis recuerdos, como he podido comprobar sorprendido cuando me he topado con que las letras oficiales, transcritas al principio de este texto como me las dictaba la memoria, no son exactamente así.
No sé si las canciones elegidas por Javier para completar su primer disco integro de versiones también pertenecen a sus recuerdos de infancia y juventud, el arco temporal abarca desde 1933 hasta 1972, a excepción de la final Losing Touch With My Mind, o si las ha ido encontrando durante el largo camino que ha recorrido. Lo que si parece claro es que, puestos a hacer un disco de estas características, la elección de remitirnos a momentos pasados en los que la calidad de las canciones y su reconocimiento caminaban de la mano, en este presente que nos ha tocado vivir de recientes éxitos refritos en programas con jurado, es como poco un mamporro en toda regla a todos esos impostores fabricados en horario de máxima audiencia, y también a quien los aúpa.
Pero a lo que vamos, la cosa es que cada vez que agarro este disco y veo su título no pude evitar conectar con esos recuerdos de infancia que mencioné al principio, y así, al escucharlo, The Shadow Of Your Smile y The World We Knew, las canciones que abren este disco, se convierten en besos de buenas noches antes de irme a la cama. Carioca y El Rey, en las que el grupo encuentra huecos donde demostrar su personalidad y desmadrarse, son batallas campales protagonizadas por los click de famobil, y carreras y pelotazos por el pequeño pasillo, y no me cuesta imaginar que están sonando Te Estoy Queriendo Tanto o Le Poinçonneur Des Lilas mientras mis padres están trajinado para traernos a mi hermano y a mí al mundo.
El cierre con Losing Touch With My Mind, original de Spacemen 3 y fechada originalmente en 1986, es el tremendo y necesario agujero de gusano que crea la banda para que yo pueda regresar al presente y volver  a dejar descansar mis más remotos y fragmentados recuerdos allí donde viven agazapados.
Comprenderán ustedes que no me haya costado cogerle mucho cariño a este disco, tanto como a aquel viejo y pequeño maletín en el que cabían doce cintas, y en el que yo, año tras año, seleccionaba mis favoritas entre todas las que mis padres habían acumulado en casa, para meterlas en el coche y hacer más llevadera la larga hora de viaje en nuestro Fiat 125 naranja, letra E en la matrícula, que siempre era el preludio de nuestras vacaciones de verano familiares en la otra punta de la isla, en lo que por aquellos años era un pueblo enano llamado Los Cristianos. Amén.
En este disco, además de Javier, la banda la conformaron Susana Cáncer, Jesús Alonso, Fino Oyonarte y Juan Pérez Marina,  que cuentan con las colaboraciones puntuales de Mariona Aupí, Maarten Van Wijck, Charly Chicago, Marc Aliana, Alicia Alemán y Gonzalo Lasheras.


NOTA: Dejando atrás lo sentimental, con lo que espero no haberles aburrido, creo se puede considerar que este disco es el precedente inmediato de los pasos que está dando Corcobado a día de hoy. Por un lado, después de haber vuelto a México para grabar el inmediatamente anterior A Nadie con parte del equipo que se ocupó de Fotografiando Al Corazón, en este Luna Que Se Quiebra Sobre La Tiniebla De Mi Soledad se comienza a configurar lo que hoy conocemos como la Javier Corcobado Orquesta. En este álbum se incorpora a la guitarra Juan Pérez Marina, y en el ep Te Estoy Queriendo Tanto, editado un año después y que aporta tres nuevas versiones además de la titular ya incluida aquí, aparece el nombre de Sergio Devece, que como miembro de La Muñeca De Sal, acompaña a Javier en la versión de The Partisan, canción que  luego sería incluida también en el disco La Muñeca De Sal & Los Profetas.
Por otro lado, el respeto, veneración, personalidad y pasión con la que el grupo ataca las diez versiones de este disco, junto con los temas escogidos, conocidos anteriormente en las voces de Astrud Gilbeto, Frank Sinatra, Manuel Alejandro, Serge Gainsbourg, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara y Fred Astaire, hacen pensar en que este es una de las patas sobre la que se asienta el recién estrenado proyecto Spanish Crooners, compartido por Javier Corcobado y Francisco Eduardo Conde y creado con el fin de recuperar la canción romántica.



lunes, 23 de mayo de 2016

Susana Cancer - Yonolosé (La Ecléctica Madrileña / V2 2005)

Encontré por primera vez el inquietante y enigmático nombre de Susana Cáncer en el interior del primer volumen de boleros enfermos de amor con los que Corcobado nos deleitó antes de que la década de los noventa hubiese llegado a su ecuador. Susana, junto con Ana Díaz, Justo Bagüeste, Miguel Vega y Manuel Gutiérrez daban forma a la primera encarnación de Cría Cuervos. Después Susana se incorporó como miembro de pleno derecho a Los Chatarreros De Sangre Y Cielo, para registrar el último disco de la formación, Arco Iris De Lágrimas.
En los años siguientes se pueden seguir sus pasos, o mejor dicho, escuchar sus contribuciones al piano, programaciones y órgano Hammond, en grabaciones de Nacho Laguna, Ana D y José Luis Moreno-Ruiz, que recuerde ahora. Llegado el nuevo siglo le perdí la pista hasta que el año 2005 nos la devolvió a la actualidad.
Por un lado se hacía cargo de la banda sonora de Contratiempos, cortometraje dirigido por Antonio Gómez-Olea y protagonizado por Alex O'Dogherty, y en el que también aparecía el gran Saturnino García.
También este año presentó su debut discográfico, este Yonolosé editado por el recién creado sello La Ecléctica Madrileña, que a la par anunciaba la salida del primer disco de Javier Colis Y Las Malas Lenguas, y poco después Bestiario de Justo Bagüeste. Uno no podía evitar que le viniese a la cabeza aquello de "El Regreso De Tus Superhéroes Favoritos".
Como indica la cordiforme y laberíntica ilustración de la portada, se accede a este disco por la aurícula derecha, ya saben, ese lugar anatómico que sirve de referencia para la presión venosa central. Allí nos encontramos, como parece que no podía ser de otra manera, con Gasolina De Besos, letra de Corcobado que años antes había acabado de musicar junto con Edgar Torres para su disco Fotografiando Al Corazón, y que aquí Susana susurra con leves variaciones en el texto y viste de hipotensión para conseguir en el oyente una leve y placentera sensación de parestesia, o lo que es lo mismo, ligero adormecimiento y cierto hormigueo en los miembros. Pero no es Javier el elegido para recorrer junto a ella el recóndito, por reservado y oculto, camino que tenemos por delante, sino Justo Bagüeste, que se encarga de los ritmos programados que laten, casi siempre cercanos a la bradicardia, en estas doce canciones, además de aportar armónicos y lubricantes soplos de su mas que reconocido, incluso por la comunidad médica internacional, buen hacer con el saxofón.
Los pulsos de pianos y teclados guían la auscultación, en la que van apareciendo gran variedad de matices a cargo del theremin de Silvia Grijalba, quien también aporta la letra de Paños Calientes, las ocasionales guitarras de Gonzalo Lasheras, Javier Colis y Thomas Rundquist, también al sitar en Cualquier Agosto, el trombón de Cheryl Walters, y los efectos, procesos y sintetizadores de Manuel Comesaña.
También es motivo de alegría la visita, pasado el ecuador del recorrido, del doctor Germán Coppini, aunque sea para cantarnos esa historia de seducción y final fatal que es Mata-Hari, que antecede a un tramo final magnífico coronado por Desorientada, la más taquicárdica Juguetes, y el cierre con Amigo, original de Roberto Carlos y complemento perfecto para afirmar que estamos ante un disco que hay que guardar justo en el centro de ese laberinto que cada uno albergamos en nuestro pecho.



lunes, 9 de mayo de 2016

Después De Nunca - Después De Nunca (Demonios Que Disco! Records 1999)

Tras cerrar su Cajón Basura de Fragmentos, dando por terminada la trayectoria de 713avo Amor, Carlos Desastre emprendía un periplo que acabaría llevándolo a tomar como base de operaciones el matadero de Azkoitia, misterioso lugar que ya albergaba a esa extraña forma de vida conocida como Akauzazte. Durante este periodo de idas y venidas, que acabaría con la creación de la Compañía De Sueños Ilimitada junto con el colectivo vasco, iba dando forma a su nuevo proyecto musical, Después De Nunca.
Este primer disco lo graban en Málaga, entre diciembre de 1998 y enero de 1999, y lo plastifican en Demonios Que Disco! Records, sello creado por Juan Bullón poco antes para editar Muda Tu Piel, el tercer disco de Virgenes Adolescentes, que llevaba un par de años acabado y sin ver la luz.
¡Atencion, duda!. El de Virgenes Adolescentes es la primera referencia del sello y este es la tercera, ¿alguien sabe cuál es la segunda? Igual puede ser que estuviese reservada para el que iba ser el segundo disco de Hermanos Cerdo... pero no estoy seguro.
No nos lo pusieron fácil Carlos Desastre y Emilio Salvatierra en esta nueva aventura, que lleva al extremo algunas de las ideas que creo que ya les venían rondando la cabeza desde la última época de su anterior proyecto, y que expresaron con claridad en el libreto de Revisiones, disco editado poco después de este en el que diez proyectos musicales hacen una lectura abierta de las canciones que aquí aparecen. Allí se puede leer "nosotros no hacemos música, la música nos hace a nosotros. La música no es el medio que elegimos para expresarnos, es la música la que nos elige como medio para expresarse."
Así dinamitan el concepto de canción, y el disco se convierte en una tormenta que parece llegar desde los confines de los arrabales y las barriadas donde habitan la miseria y la desesperación, una tormenta que colisiona con el inmenso amor en el que Carlos parece refugiarse, un amor capaz de crear y destruir la vida, poderoso como el viento que sembraba hoy la rebelión de las olas, único lugar que puede curarlo de las heridas y horrores, del odio y el asco que le propina un mundo que no comprende.
El sonido es desnudo, espartano, en ocasiones atroz. Guitarra, batería, percusiones y una radio son suficientes para acompañar la voz, que como la de un Simón Estilita de nuestros días, en lo alto de su columna, alejado por propia voluntad del ajetreo humano, frente al abismo, gime, declama, grita, advierte, susurra, anhela, canta, se lamenta y lanza quejíos, helando la sangre y dejándonos con la impresión de que Carlos, por aquellos años, cada vez que afrontaba una grabación lo hacía con la intención tanto de protegerse como de destruirse.
Como dijimos antes, en este disco Después De Nunca fueron Carlos Desastre y Emilio Salvatierra, que contaron con la ayuda del bajo y la guitarra de Manuel Sáez en tres canciones y de la Pastoral Jaleo, lo que parece un buen grupo de amigos, en Los Que Aún No Han Nacido.



viernes, 6 de mayo de 2016

Destroy Mercedes - Volumen Uno (Por Caridad Producciones 1995)

Después del auge y caída del noise pop nacional en el primer lustro de los noventa, impulsada la debacle por múltiples acusaciones de plagio, descarada imitación y falta de originalidad, cuando no se hablaba ya directamente de pobre fotocopia, le tocó el turno a la electrónica. A la aparición de discográficas como Cosmos, So Dens-Minifunk, Boozo Music y Novophonic se sumaron las divisiones dance de las indies que mejor habían aguantado el tirón. Así nacieron también Stereophonic Elefant Dance Recordings, Jabalina Electronic Team y Satanic Charme. Añádase a todo esto la aparición del Dance Delux para completar el cuadro.
Desde casa observábamos este fenómeno con cierto escepticismo e incredulidad, los mismos que nos habían tratado de convencer de que lo suyo era tocar la guitarra mirándonos la punta de los pies, nos venían a decir ahora que el futuro estaba en la pista de baile. Aun así acabamos picoteando, por vicio y curiosidad, pero con poco convencimiento, por la ingente oferta que se iba desplegando ante nuestros sentidos. Así probamos con Nawjajean, Men Allen, Humanoid y alguna cosita más sin que nada acabase de convencernos del todo. Pocas vueltas han dado esos cd's en casa. Pero hubo otros sellos que no necesitaron coartadas coyunturales para editar interesantes discos de electrónica, Geometrik ya llevaba años a lo suyo, y G3G y Por Caridad Producciones nunca tuvieron que dar explicaciones sobre lo que editaban, y de estos sellos fueron los discos que nos electronificaron y triunfaron en casa por aquellos años. Concretamente Adiós Júpiter de Raeo, el Volumen Uno de Destroy Mercedes, del que vamos a hablar hoy, y el recopilatorio Electronic Generators editado por Geometrik se hicieron nuestros preferidos, refrendando que nuestro gusto siempre estuvo algo torcido.
Desde 1988 llevaban Javier Piñango y Jaime Munarriz metiéndose juntos en algunos líos, siempre rodando lejos de cualquier pelotón impulsado por la inercia periodística. Ese año fundaron Cerdos y un par de años después junto a Esther Berdión crearon Triquinoise Producciones para editar el primer disco del grupo, y ya puestos, unas cuantas propuestas más, pero esa historia ya la hemos contado por aquí.
En 1991 finiquitan al grupo y Javier se incorpora a Mil Dolores Pequeños. Jaime no se queda al margen y ejerce de coproductor de los dos primeros discos del nuevo proyecto, a la vez que los acompaña en directo. Así llegamos a 1994, cuando ambos músicos echan a andar este laboratorio de sonidos que fue Destroy Mercedes, nombre con el que debutaron discográficamente al año siguiente con este Volumen Uno.
Larga y hetereogénea es la lista de lugares, personas y músicos que hicieron posible este disco, según anotan los propios autores en el libreto. Larga también sería la descripción exhaustiva de los 70 minutos de electrónica expansiva y sin tabúes que lo conforman. Podemos encontrar aquí tanto un improbable hit para disco-divas, Dreamy Love (On The Top), como asistir a una plácida, a la vez que refulgente, exploración espacial acompañando a Laika + Strelka + Chernuska. Entre la visita a esa fábrica de explotación intergaláctica que es Taller Neopreno y la postal del hippie tocando la guitarra acústica mientras su cuerpo conecta con el cosmos de Waiting For So Long (The Surfer Song) topamos con la armónica y voz de Anki Toner en la densa y narcótica Things Look Different Today, Cindy, por tratar de explicar algunas de mis favoritas, sin olvidar a las más asfixiantes y autistas Pretty Polly y Tao Mov, y las dos que les dejo un poco más abajo para que escuchen.
Este disco, que ya entonces para mi, como dije al principio, se imponía muy por encima de la media de los discos con los que cohabitó, se alza ahora, con las perspectiva de los años, como una prominente atalaya desde la que no solo se podía divisar lo mas estimulante de la electrónica pretérita, sino que también parece estar señalando algunos de los caminos que ahora, décadas después, algunos nos quieren hacer pasar por novedosos.
Colaboraron en este disco Ajo, Anki Toner, Javier Colis, Susana, Nuara, ?, Ruso, Umma G y Esther Berdión.



viernes, 22 de abril de 2016

Mar Otra Vez - Algún Paté Venenoso (Grabaciones Accidentales 1987)

La marcha de Luis Corchado tras la edición de Edades De Óxido dejaba a Javier Corcobado como el único miembro de Mar Otra Vez común a las tres formaciones que tuvo la banda. En esta tercera encarnación continuaba Gabriel S. Arias, que ya había estado en el disco anterior, y se incorporaban los valencianos Luis González y Víctor Royo Enguix. El primero venía de Noviembre Rojo, que llegaron a publicar una canción en un recopilatorio editado por Xirivella Records, y el segundo, entre otras cosas, ya había participado en la formación de dos bandas fundamentales de la capital del Turia como fueron Interterror y La Resistencia. Aunque parece que la nueva formación de Mar Otra Vez se asentó en Utiel, las crónicas de la época hablan de cuatro músicos enfermos, sin residencia fija y en constante viaje.
Sea como fuere, es bajo estas circunstancias cuando la banda graba por primera vez un LP completo ya que sus dos discos anteriores contaban con siete y seis canciones respectivamente. Es, sin duda, este Algún Paté Venenoso el disco más virulento e inhóspito de entre todos los que, grabados en este país durante aquellos años, han llegado a mis oídos. Fue el primer disco que escuché de Mar Otra Vez, y aunque ya conocía la carrera de Javier en solitario, nada pudo prepararme para esto.
Comienzan con el que es el tema más amable del disco, El Sombrerero Loco, nivel nueve de agresión en mi escala sensorial, en el que se anuncia el asesinato de Lewis Carroll a manos de la liebre borracha. Y como si nuestro querido diácono, matemático y lógico hubiese descendido al averno tras su muerte y hubiese vuelto para contárnoslo a bramidos, lo que viene a continuación tiene mucho de lo que podrían ser los recuerdos perturbados de lo que allí vio.
Realmente difícil de asimilar, el siguiente asidero que me hacía pensar que estos cuatro tipos todavía mantenían algo de cordura era la tensa pesadilla de Miércoles Cercano Al Infierno, en la que la que se relata el aciago fin de la reina de las agujas a manos de su querido marido instigado por las burlas del Todopoderoso y un mal día en el trabajo. Ya sobre aviso, con un poco de esfuerzo uno podía sentirse no del todo incómodo escuchando cómo transcurre la inesperada visita a la casa de la borracha en Víspera De La Nochebuena, y tratando de comprender las decisión de Algún Paté Venenoso embutido en su camiseta que dice "Te love you".
Resultaba desconcertante que cuatro canciones llenas de cuchillos, tripas, heroína, muerte y suciedad me pusiesen a salvo del resto de un disco que no conseguía disfrutar por más oportunidades que le diera. Aunque nadie dijo que los dominios de Tártaro estuviesen destinados al disfrute del personal que lo habita.
Y es que las otras seis canciones que completan el disco, aliñadas por versos deliciosamente dañinos, sílabas que se repiten hasta la extenuación golpeándote duro la sien, gritos y alaridos, pensaba yo que debían formar parte de otro círculo distinto de los nueve que Virgilio mostró a Dante en su descenso al infierno, quizás porque el griego sabía de la imposibilidad de describirlo con palabras. Ariscas, caóticas, deformes, nerviosas, inestables, agresivas, irracionales son adjetivos que se quedan cortos para hablar de Animales Enlatadas, Obstante, Bajo La Rueda De Un Tren, Bolero De Los Ceros y sobre todo Canción Pequeña III. Mención aparte para la final Nena, Somos Reyes De La Basura, que conjuga todo lo anterior con cierta ternura, y en la que el grupo deja más espacio al piano de Edith Puaff, que colabora en tres cortes del álbum.
Solo me queda recomendarles que se atrevan a emprender el viaje, ya que como dijo el sabio, atravesar las puertas del infierno es el mejor camino para encontrarte en el paraíso.



martes, 12 de abril de 2016

José Luis Moreno-Ruiz - Retratos De Añil (Triquinoise Producciones 1995)

José Luis Moreno-Ruiz, el mismo nombre que aparecía como autor de la letra y coautor de la música de De Noche, cuarta canción de Ritmo De Sangre, se repetía en el prólogo de El Sudor De La Pistola 13, segundo poemario de Javier Corcobado. Era 1993, y supongo que en ese año podemos situar el germen de este disco, ya que a excepción de Isidoro Aparicio, el resto de músicos que lo grabaron un año más tarde, en marzo de 1994, estaban en alguna de las bandas que manejaba Javier Corcobado el año anterior. Nacho Laguna y Alicia Salguero eran parte de Los Chatarreros De Sangre Y Cielo, y Susana Cáncer de Cría Cuervos. Completando la formación estaba el propio Corcobado con su guitarra tormenta.
Hasta ese momento José Luis Moreno-Ruiz era un absoluto desconocido para mí, pero en aquella época, aunque a un ritmo más lento, la información también iba llegando, y así me enteré de que nuestro hombre había estado al frente de Rosa De Sanatorio, programa que emitió Radio 3 entre 1989 y 1991 a altas horas de la madrugada. También de que era traductor y escritor... por aquellos años su último libro se llamaba Ángeles En Mis Cojones. Las cartas de presentación resultaban bastante estimulantes, aunque fueron estos Retratos De Añil mi primer encuentro con su obra.
Vampírica Misa De Réquiem, la canción que abre el disco, es un cónclave con los más ilustres hematófagos, algunos de sus creadores, eminentes adictos a la aguja y algunas de sus creaciones literarias, que juntos conforman un retablo que trae aromas de la Villa Diodati, de la Rumanía cíngara, y que desde la primera escucha produce el milagro de la anagogía, con esa estructura repetitiva, inolvidable y el violoncello atravesando los últimos versos.
El resto del disco produce otro tipo de shock al enfrentarte a él las primeras veces. El uso ocasional de palabras que huelen a viejas, a desuso, a antiguas liturgias, y la forma en que José Luis Moreno-Ruiz trenza en sus textos la pureza y la inocencia con lo descarnado y salvaje, sitúa a estas canciones en un extraño espacio que la mayoría bien pensante, en otro de sus alardes de hipocresía, tacharía de sórdido y soez, y hasta puede que de misogino, pero que no es más que el lugar donde habitan los deseos desaforados y los rotundos pensamientos de un ácrata dispuesto a fustigar, miembro en mano, a quien se lo merece, como en La Poesía Es Un Arma Cargada De Funcionarios.
Así cuando afronta las bajas pasiones, el cuerpo se le queda a uno con la misma sensación que solo había experimentado antes cuando mi padre, ese hombre tan serio y comedido, me contó un día con toda naturalidad, yo deberá tener unos 13 o 14 años, que en su pueblo era normal que los chavales se masturbasen en grupo, y que otra vez volvió a sacudirme hace poco leyendo El Palacio Azul De Los Ingenieros Belgas, exactamente cuando la hermana del protagonista decide mostrarle a su hermano, en aquel cuarto para almacenar la paja, todas sus aberturas para que conociese bien como eran las mujeres, para después acabar aplacándolo manualmente por pura generosidad. Pongo estas situaciones por intentar transmitir la brutal e incómoda revelación,  de esas que uno piensa que quizás estaba mejor sin saber, que se agazapa entre estas canciones, sin desvelar ningún pasaje de las mismas.
Javier Almendral y German Sánchez, por aquel entonces compañeros en Vírgenes Adolescentes, también meten sus guitarras en un par de temas, preciosa la de Javier en Sevillanas, aunque la mención especial es para Nacho Laguna, que firma los arreglos de todas las canciones del disco y que realiza un excelente trabajo que las aleja de la sombra del spoken word y las redondea para hacer de estos Retratos De Añil obras de arte indelebles que quedaron grabadas en mi cerebro y en mi ánimo para siempre.




lunes, 14 de marzo de 2016

Javier Colis - Luna De Agosto (Por Caridad Producciones 1997)

Por lo menos diez o doce años esperó Javier Colis desde su entrada en esto de la música para presentarnos el primer disco a su nombre, y esto pese a que siempre había asumido labores compositivas en todos los proyectos en los que estuvo involucrado durante este tiempo. Estaba entretenido, primero entre Vamos A Morir y Demonios Tus Ojos, y luego con Mil Dolores Pequeños y el sello Por Caridad Producciones.
Es cierto que en 1994 se había atrevido a aportar la canción Preludio Y La Banda Borracha al recopilatorio Noise Club Uno, pero este disco, su estreno, no llegó hasta unos años después.
En Luna De Agosto él mismo se encarga de la voz, la guitarra, el piano y los secuenciadores, pero no duda en recurrir a los amigos que tiene cerca para que le ayuden a dar forma a las doce canciones que lo integran. Aquí están Ajo y Javier Piñango, sus dos compañeros en Mil Dolores Pequeños, con los que el año anterior había editado el tercer trabajo del grupo, Madrid Capone. Según los créditos, Ajo se encarga de los coros, que casi viene a ser una segunda voz omnipresente en la mayoría de los temas cantados, y el señor Piñango maneja el sintetizador en tres temas del disco y junto con el propio Javier se encarga de las labores de producción. Completa la formación su hermano Nacho Colis, quien también había formado parte de Demonios Tus Ojos y Vamos A Morir, para ocuparse de la batería.
La portada parece enunciar un contradictorio jeroglífico, por un lado está esa bola del mundo separada de su soporte-eje de rotación, que ahora hace las veces de portajamón para lo que yo creo que es, quizás impulsado por la militancia antiprohibicionista de los participantes en la grabación, un considerable trozo de hachís, pero que igual es una morcilla. Sea como sea, parece advertirnos de que si traspasamos el umbral las cosas no siempre van a girar como en el mundo en que vivimos. Pero por otro lado está el manojo de llaves insertadas en el llavero-raspa de pez, lo que me hace pensar que son las que abren todas las estancias de El Laboratorio Del Pez, centro de operaciones del sello Por Caridad Producciones, y me sugiere que estamos siendo invitados a explorar el mundo de Javier y que se nos va a mostrar sin tratar de ocultar nada. Yo, que nunca tuve problemas de vértigo ni mareos, decidí entrar. Y tardé mucho en querer salir.
La guitarra de Javier es la que nos guía por estas canciones, es la que manda, pero no es la protagonista absoluta, más bien reparte el juego, subraya y apostilla, se mueve inquieta repitiendo sus afiladas secuencias de notas, que igual nacieron entre viejos blues, pero que desde hace mucho se desviaron por un tortuoso camino por el que se contaminaron de intuición, delirio y reflexión.
Suena misterioso, casi como un gozne oxidado, el comienzo del tema que abre el disco, Intro - La Caverna, que pronto deja paso a esa cámara hiperbárica hecha canción que es She's Another Season, en la que batería y sintetizador nos aprietan las juntas con la complicidad de las seis cuerdas. Luego la tensión se reduce, ahí están las narcóticas Going Home y I'm So Tired, el pop de apuntes jazzisticos de A New Chance, el humor veloz y patafísico de Pánico En PCP (Y Risas), y otras virguerías como Underground, que completan el recorrido hasta llegar al tramo final, estupenda Sin Aliento, y a esa especie de canción para insomnes felices que es Luna De Agosto.
A destacar también las letras, cargada de frases o estrofas gemelas, de similar sonoridad, casi despojadas de adjetivos y nexos, concisas y de gran facultad de sugerencia, pero sin ornamento que valga. Ultraísmo, creo que lo llaman.
El disco está reeditado por la netlabel Bestiar, al igual que las dos grabaciones de Vamos A Morir, así que ya saben ustedes donde buscar si quieren disfrutar de la luna del grano en toda su extensión y esplendor.




miércoles, 9 de marzo de 2016

Les Rauchen Verboten - Les Rauchen Verboten (Clifford Records 2011)

Desde su aparición en Editor De Sueños, Jesús Alonso se ha convertido en el batería oficial de la banda de Corcobado, y como tal ha participado en todas las grabaciones que han venido después. Echando cuentas, son ya diez los años que lleva al lado de Javier, aunque este tiempo le ha dado para mucho más. Se puede rastrear, sin mucho esfuerzo, su nombre en discos de Justo Bagüeste, Sefronia y Cartografía Del Ruido. Por otro lado, durante esta década se le ha podido ver como miembro fijo de Alondra Satori, Leone y Les Rauchen Verboten. Además, últimamente también acompaña las apariciones en directo de Erizonte.
Algunas de las bandas mencionadas anteriormente, concretamente Alondra Satori y Sefronia, también contaban con la guitarra de A. L. Guillén, dueño de una extensa discografia en solitario desde mediados o finales de los noventa, y embarcado en otros mil proyectos como el quinteto Almayate y la dirección de la netlabel Gruppo Ungido.
A finales de la década pasada ambos músicos encuentran tiempo para enzarzarse en largas sesiones de improvisación que acaban siendo el germen de Les Rauchen Verboten. El material obtenido de estas sesiones entusiasma a Justo Bagüeste, que se une a ellos para acabar de dar forma al trío. Así la formación del grupo en este debut queda con Jesús a la bateria, A. L. a la guitarra y moog Lp, y Justo a los saxos.
Da la impresión de que al comienzo de Penetration, el tema que abre el disco, estén intentando romper nuestras defensas a fuerza de taladrar, y aunque parezca que en ocasiones la broca patina sobre el parietal, en dos o tres minutos ya han dado cierta estructura a la pieza y nuestro cráneo queda listo para pasar a golpes por la cadena de montaje hasta la siguiente fase, en la que nos inyectan una carga de electricidad de creciente intensidad y mas golpes, hasta acabar en un sonoro centrifugado para limpiar esquirlas. Ya podemos enfrentarnos a lo que se nos viene encima.
El proceso industrial y la libertad del artesano, la cadena de montaje y la imaginación sin límites se dan la mano. Los fallos, las taras, como parte indispensable del proceso, como fruto del error de la máquina, y la imprevisibilidad del humano como origen de nuevos cánones de belleza están presentes en estas seis composiciones. La brutalidad del remache y la suave fruición del papel de lija del doble cero crean y modelan estas canciones hechas de jazz y dolor, de rock, improvisación y tribalismo industrial.
Les Rauchen Verboten vapulean al rock para volverlo a hacer peligroso y sucio, adictivo y sorprendente. Este disco, que descubrí no hace tanto, es perfecto para añadir un vértice más a lo que yo llamaba a principios de década "el nuevo triangulo de la salvación del rock en este país", y que para mí definían hasta ahora Billy Bao, Telephone Rouges y The Murders In The Rue Morgue.
Infinitos minutos, la cara B del vinilo cierra el surco sin que la aguja llegue nunca a volver a su punto de origen, para recuperar la fe en el rocanrol como arma para sublevar, y sublimar, conciencias y desestimar lo establecido. No cuenten con que ningún creativo intente vender vaqueros de marca para adoctrinados rebeldes con lo que aquí suena, no hay engranaje capitalista que pueda con este disco.
Finalizado el proceso al que hemos sido sometidos solo nos queda afirmar que la abrasión y el placer son absolutamente compatibles.